domingo, 19 de octubre de 2008

El encuentro de dos mundos


Hace una semana se cumplió un aniversario más del Descubrimiento de América. En esta ocasión me pasó totalmente de noche. Ni leí que alguien haya ido a tirarle huevos a la estatua de Cristóbal Colón sobre Paseo de la Reforma en la Ciudad de México como ocurre todos los años, ni tampoco oí que en Noruega se llevara a cabo celebración alguna de lo que les ha dado por llamar a algunos el “Día de la Hispanidad”.

Así que para que lo ocurrido durante el descubrimiento y los años posteriores no se queden en el olvido, y sin afan de ir en contra de lo publicado en los libros de historia de educación básica y media, me tomaré la libertad de reproducir un texto del libro “Memoria del fuego: Los Nacimientos” de Eduardo Galeano, publicado por Editorial Siglo XXI. En él, Galeano nos cuenta una historia que tuvo lugar en 1514 a orillas del Río Sinú, en lo que hoy es Colombia:


El requerimiento

Han navegado mucha mar y tiempo y están hartos de calores, selvas y mosquitos. Cumple, sin embargo, las instrucciones del rey: no se puede atacar a los indígenas sin requerir, antes, su sometimiento. San Agustín autoriza la guerra contra quienes abusan de su libertad, porque en su libertad peligrarían no siendo domados; pero bien dice san Isidoro que ninguna guerra es justa sin previa declaración.

Antes de lanzarse sobre el oro, los granos de oro quizás grandes como huevos, el abogado Martín Fernández de Encino lee con puntos y comas el ultimátum que el intérprete, a los tropezones, demorándose en la entrega, va traduciendo.

Enciso habla en nombre del rey don Fernando y de la reina doña Juana, su hija, domadores de las gentes bárbaras. Hace saber a los indios del Sinú que Dios ha venido al mundo y ha dejado en su lugar a san Pedro, que san Pedro tiene por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre, Señor del Universo, ha hecho merced al rey de Castilla de toda la tierra de las Indias y de esta península.

Los soldados se asan en las armaduras. Enciso, letra menuda y sílaba lenta, requiere a los indios que dejen estas tierras, pues no les pertenecen, y que si quieren quedarse a vivir aquí, paguen a Sus Altezas tributo de oro en señal de obediencia. El intérprete hace lo que puede.

Los dos caciques escuchan, sentados, sin parpadear, al raro personaje que les anuncia que en caso de negativa o demora les hará la guerra, los convertirá en esclavos y también a sus mujeres y a sus hijos y como tales los venderá y dispondrá de ellos, y que las muertes y los daños de esta justa guerra no serán culpa de los españoles.

Contestan los caciques, sin mirar a Enciso, que muy generoso con lo ajeno había sido el Santo Padre, que borracho debía estar cuando dispuso de lo que no era suyo y que el rey de Castillla es un atrevido, porque viene a amenazar a quien no conoce.

Entonces, corre la sangre.

En lo sucesivo, el largo discurso se leerá en plena noche, sin intérprete y a media legua de las aldeas que serán asaltadas por sorpresa. Los indígenas, dormidos, no escucharán las palabras que los declaran culpables de los crímenes cometidos contra ellos.

Continuar leyendo...

domingo, 12 de octubre de 2008

Una Goya por mi alma mater


El suplemento inglés The Times Higher Education es la publicación inglesa más reconocida en materia de educación, y cada año se encarga de publicar una clasificación de instituciones de educación superior a nivel mundial. De entre más de 17,000 instituciones, se eligen a las 200 mejores. Este año sólo cuatro instituciones de Iberoamérica aparecen en la lista.

La Universidad de Buenos Aires se instaló en el lugar 197, la de Sao Paulo en el 196 y la de Barcelona en el 186. Por encima de ellas, en la posición 150, se ubicó la Universidad Nacional Autónoma de México. Universidades como la de Colorado, la de Oslo, la de Lausana o Notre Dame también quedaron por debajo de la UNAM en el ranking.

Recuerdo cuando estaba en el tercer año del bachillerato, el cual estudié en la Universidad La Salle, y llegaba el momento de elegir no sólo la carrera a estudiar, sino la institución dónde hacerlo. La gran mayoría de mis compañeros continuarían sus estudios universitarios en La Salle, y los que no, irían a instituciones como el ITESM, el ITAM, la UDLA o la Universidad Iberoamericana.

Mi papá me había dicho claramente que el no podría pagar mi carrera en una universidad tan cara, así que o elegía una universidad “chiquita”(es decir, particular pero no muy costosa), o estudiaba en la UNAM. La elección parecería fácil, pero no lo era en aquel entonces: eran innumerables los amigos y familiares que me aconsejaban no estudiar en la Máxima casa de estudios: “se la pasan haciendo huelgas, seguro te vas a retrasar en tus estudios”, “pinche universidad piojo, puro porro y vándalo hay ahí” “los maestros son malísimos y la mayoría no asisten a clases”, “aceptan a muy pocos, no vas a pasar el examen de admisión

Con mucha incertidumbre pero una empatía muy grande, me decidí por la UNAM. Aunque aún faltaba ver si la UNAM se decidiría por mí, siendo que sólo el 7% de los aspirantes consiguen un lugar. Alguien me dijo alguna vez que en la Facultad de Contaduría y Administración aceptan sólo a 200 de entre más de 5,000 aspirantes. Verdad o no, lo que sí es un hecho fue que tuve que prepararme muy bien para el examen de selección y que la incertidumbre se hacía sentir en mi casa cada vez llegaba el cartero.

Finalmente fui aceptado y a partir de ese día, mi vida sería marcada por una huella que no se borrará. Tuve la oportunidad de conocer y admirar a compañeros que trabajaban por la noche mientras estudiaban durante el día compartiendo el mismo salón de clases que aquellos provenientes de familias acomodadas; también conviví con la chica más fresa y con el chavo más charanguero que uno pudiera imaginar, y por supuesto que estudié al lado de algunas de las mentes más brillantes que he conocido.

Pero la universalidad que caracteriza a la UNAM va mucho más allá: en pocas instituciones la libre expresión, la confrontación de ideas y la búsqueda del conocimiento son no sólo un derecho, sino un deber. Ninguna otra universidad en el país ha dado la cantidad de Secretarios de Estado, ingenieros, arquitectos, artistas, pensadores e intelectuales que la Universidad de México, convirtiéndola en un pilar indiscutible de la sociedad mexicana.

En ningún otro lugar del mundo creo haber respirado el arte, la ciencia, la cultura y el deporte tan a flor de piel como en las instalaciones de Ciudad Universitaria: la belleza del Estadio Olímpico Universitario, la inmensidad del mural de O’ Gorman en la Biblioteca Central, la majestuosidad de la Sala Netzahualcóyotl, el misticismo del Espacio Escultórico son reflejo de la verdadera formación integral que se imparte en la Universidad de México.

Cuando jugaba futbol americano defendiendo los colores de la UNAM, el coach Diego García Miravete se acercó a mí al final de lo que sería el último juego de mi carrera. Me dijo: “Beto, tienes un buen brazo y eres inteligente, pero tu mayor virtud en el campo de juego es tu orgullo Universitario”. Y creo que ese orgullo universitario ha contribuido en gran medida a llevar a la UNAM a convertirse en la mejor universidad de habla hispana del mundo.

Continuar leyendo...

miércoles, 8 de octubre de 2008

El mundo según Casciari


Publicado en el diario El País de España
Por Hernán Casciari.


Leí una vez que la Argentina no es mejor ni peor que España, sólo más joven. Me gustó esa teoría y entonces inventé un truco para descubrir la edad de los países basándome en el 'sistema perro'. Desde chicos nos explicaron que para saber si un perro era joven o viejo había que multiplicar su edad biológica por 7. En el caso de los países hay que dividir su edad histórica entre 14 para saber su correspondencia humana. ¿Confuso? En este artículo pongo algunos ejemplos reveladores.

Argentina nació en 1816, por lo tanto ya tiene 190 años. Si lo dividimos entre 14, Argentina tiene 'humanamente' alrededor de 13 años y medio, o sea, está en la edad del pavo. Es rebelde, pajera, no tiene memoria, contesta sin pensar y está llena de acné (¿será por eso que le dicen el granero del mundo? Casi todos los países de América Latina tienen la misma edad y, como pasa siempre en esos casos, forman pandillas. La pandilla del Mercosur son cuatro adolescentes que tienen un conjunto de rock. Ensayan en un garaje, hacen mucho ruido y jamás han sacado un disco. Venezuela, que ya tiene tetitas, está a punto de unirse a ellos para hacer los coros. En realidad, como la mayoría de las chicas de su edad, quiere tener sexo, en este caso con Brasil, que tiene 14 años y el miembro grande.

México también es adolescente, pero con ascendente indígena. Por eso se ríe poco y no fuma ni un inofensivo porro, como el resto de sus amiguitos, sino que mastica peyote, y se junta con Estados Unidos, un retrasado mental de 17, que se dedica a atacar a los chicos hambrientos de 6 añitos en otros continentes.

En el otro extremo está la China milenaria. Si dividimos sus 1,200 años por 14 obtenemos una señora de 85, conservadora, con olor a pipí de gato, que se la pasa comiendo arroz porque no tiene -por ahora- para comprarse una dentadura postiza.

La China tiene un nieto de 8 años, Taiwán, que le hace la vida imposible. Está divorciada desde hace rato de Japón, un viejo cascarrabias, que se juntó con Filipinas, una jovencita pendeja, que siempre está dispuesta a cualquier aberración a cambio de dinero.

Después, están los países que acaban de cumplir la mayoría de edad y salen a pasear en el BMW del padre. Por ejemplo, Australia y Canadá, típicos países que crecieron al amparo de papá Inglaterra y mamá Francia, con una educación estricta y concheta, y que ahora se hacen los locos. Australia es una pendeja de poco más de 18 años, que hace topless y tiene sexo con Sudáfrica; mientras que Canadá es un chico gay emancipado, que en cualquier momento adopta al bebé Groenlandia para formar una de esas familias alternativas que están de moda.

Francia es una separada de 36 años, más puta que las gallinas, pero muy respetada en el ámbito profesional. Tiene un hijo de apenas 6 años: Mónaco, que va camino de ser puto o bailarín... o ambas cosas. Es amante esporádica de Alemania, camionero rico que está casado con Austria, que sabe que es cornuda, pero no le importa. Italia es viuda desde hace mucho tiempo. Vive cuidando a San Marino y al Vaticano, dos hijos católicos idénticos a los mellizos de los Flanders. Estuvo casada en segundas nupcias con Alemania (duraron poco: tuvieron a Suiza), pero ahora no quiere saber nada con los hombres. A Italia le gustaría ser una mujer como Bélgica: abogada, independiente, que usa pantalón y habla de política de tú a tú con los hombres (Bélgica también fantasea a veces con saber preparar espaguettis).

España es la mujer más linda de Europa (posiblemente Francia le haga sombra, pero pierde espontaneidad por usar tanto perfume). Anda mucho en tetas y va casi siempre borracha. Generalmente se deja follar por Inglaterra y después hace la denuncia. España tiene hijos por todas partes (casi todos de 13 años), que viven lejos. Los quiere mucho, pero le molesta que, cuando tienen hambre, pasen una temporada en su casa y le abran la nevera.

Otro que tiene hijos desperdigados es Inglaterra. Sale en barco por la noche, se tira a las pendejas y a los nueve meses aparece una isla nueva en alguna parte del mundo. Pero no se desentiende de ella. En general las islas viven con la madre, pero Inglaterra les da de comer. Escocia e Irlanda, los hermanos de Inglaterra que viven en el piso de arriba, se pasan la vida borrachos y ni siquiera saben jugar al fútbol. Son la vergüenza de la familia.

Suecia y Noruega son dos lesbianas de casi 40 años, que están buenas de cuerpo, a pesar de la edad, pero no le dan bola a nadie. Cojen y trabajan, pues son licenciadas en algo. A veces hacen trío con Holanda (cuando necesitan porro); otras, le histeriquean a Finlandia, que es un tipo medio andrógino de 30 años, que vive solo en un ático sin amueblar y se la pasa hablando por el móvil con Corea. Corea (la del sur) vive pendiente de su hermana esquizoide. Son mellizas, pero la del norte tomó líquido amniótico cuando salió del útero y quedó estúpida. Se pasó la infancia usando pistolas y ahora, que vive sola, es capaz de cualquier cosa.

Estados Unidos, el retrasadito de 17, la vigila mucho, no por miedo, sino porque le quiere quitar sus pistolas. Israel es un intelectual de 62 años que tuvo una vida de mierda. Hace unos años, Alemania, el camionero, no lo vio y se lo llevó por delante. Desde ese día Israel se puso como loco. Ahora, en vez de leer libros, se lo pasa en la terraza tirándole piedras a Palestina, que es una chica que está lavando la ropa en la casa de al lado.

Irán e Irak eran dos primos de 16 que robaban motos y vendían los repuestos, hasta que un día le robaron un repuesto a la motoneta de Estados Unidos y se les acabó el negocio. Ahora se están comiendo los mocos. El mundo estaba bien así, hasta que un día Rusia se juntó (sin casarse) con la Perestroika y tuvieron como docena y media de hijos. Todos raros, algunos mongólicos, otros esquizofrénicos. Hace una semana, y gracias a un despelote con tiros y muertos, los habitantes serios del mundo descubrimos que hay un país que se llama Kabardino-Balkaria. Un país con bandera, presidente, himno, flora, fauna...y ¡hasta gente!

A mí me da un poco de miedo que aparezcan países de corta edad, así, de repente. Que nos enteremos de costado y que, incluso, tengamos que poner cara de que ya sabíamos, para no quedar como ignorantes Y yo me pregunto: ¿Por qué siguen naciendo países, si los que hay todavía No funcionan?

Continuar leyendo...

viernes, 3 de octubre de 2008

No queremos olimpiadas, queremos revolución!


Recuerdo con emoción el rostro del ”Tibio” Muñoz viendo como era izada la bandera después de ganar el primer oro para México en los juegos olímpicos de 1968. Y qué decir de los 300 metros finales en que el sargento Pedraza arremetía con todo sin poder superar a Golubnichy en la caminata de 20 km. El marchista ruso lo superó por dos segundos.

Hay una tercera imagen imborrable de esa justa olímpica: los atletlas norteamericanos Tommie Smith y John Carlos, ganadores de oro y bronce en la prueba de 200 metros planos, subiendo descalzos al podio olímpico para alzar el puño enfundado en un guante negro y bajar la cabeza mientras sonaba el himno de su país, a manera de protesta por el conflicto racial que se vivía en Estados Unidos. Al día siguiente fueron expulsados del equipo norteamericano y desalojados de la villa olímpica; a su regreso a EEUU fueron tratados como delincuentes y vivieron desempleados durante años. El estigma del black power olímpico le costó el divorcio a Tommie Smith, mientras la mujer de John Carlos optó por el suicidio.

Estos hechos los viví de manera diferida a través de documentales presentados en televisión. Más tarde, durante la adolescencia, tuve conocimiento del movimiento estudiantil que precedió a los juegos olímpicos y cuyo punto álgido tuvo lugar el 2 de octubre, a 10 días de iniciarse la olimpiada, con la matanza de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas.

La noche de Tlatelolco se volvió una lectura indispensable y Elena Poniatowska una referencia ineludible. El grito, dirigido por Leobardo López, era la opción más fortuita para acercarse al movimiento a través del cine documental –si no es que la única-, hasta que Canal 6 de Julio realizó una serie de programas en torno al 68, algunas décadas más tarde.

La visión –revisión- del 68 no queda atrapada en el pasado. Los protagonistas han tomado cursos distintos con el pasar de los años: El Tibio Muñoz preside el Comité Olímpico Mexicano; la hegemonía de los marchistas nacionales, que tuvo en el sargento Pedraza a uno de sus pilares, ha desaparecido; la discriminación aún no ha sido erradicada pero Barack Hussein Obama Jr. puede convertirse en el primer presidente afroamericano de EEUU; la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, creada durante el gobierno de Vicente Fox, solicitó, en enero de 2005, la aprehensión de 55 personas presuntamente responsables de la matanza de Tlatelolco e incluso se ordenó la detención y arresto domiciliario del ex presidente Luis Echeverría , pero posteriormente se le exoneró al considerar que no existía ninguna prueba que lo inculpara con la masacre.

A 40 años del 2 de octubre, la matanza goza de impuninad al igual que sus réplicas: Jueves de Corpus, Aguas Blancas, Acteal . Los jóvenes protagonistas del movimiento estudiantil hoy son sesenteros nuevamente, esta vez en edad, y siguen siendo, en su mayoría, opositores al régimen. Dicen que la masacre no significó el fin del movimiento sino el inicio de la lucha por la democracia. La consigna "no queremos olimpiada, queremos revolución" ha evolucionado su estatus local y hoy, en la era globalizante, equivale a "otro mundo es posible". Por ello la frase "Ay José, como me acuerdo de ti en estas Revueltas", mantiene la misma frescura que canciones como Born to be wild y novelas como Cien años de soledad. Independientemente de los distintos y variados juicios existentes sobre el 68 mexicano, el común denominador es que NO SE OLVIDA!

Continuar leyendo...

jueves, 2 de octubre de 2008

2 de octubre no se olvida


Cuarenta años

Columna publicada en el diario Reforma (www.reforma.com)
Por Lorenzo Meyer

El 2 de octubre no debe olvidarse porque los asesinados entonces aún no están plenamente reivindicados

No hay un solo México sino varios. Así, mientras las encuestas nos dicen que uno es aquel donde "El 2 de octubre no se olvida", también hay ese otro al que la fecha le importa poco y, finalmente, existe un tercero que ni idea tiene que el 2 de octubre pudiera significar algo. Este último es el problema de más fondo, pues está conformado por mexicanos que, como resultado de su marginación social, no han tenido la oportunidad de enterarse de que algo significativo sucedió en la fecha que otros no olvidan. Justamente para que no vuelva a ocurrir algo similar a lo acontecido hace cuatro decenios es preciso que, si finalmente alguien desea ignorar hechos como los que tuvieron lugar entonces en Tlatelolco, lo haga conscientemente y no porque su condición social lo mantiene ajeno a un acontecimiento clave en la memoria colectiva ciudadana.

El hecho histórico es inamovible, pero no su significado.

Todo aniversario es una oportunidad para renovar nuestra comprensión y compromiso no sólo con el evento que se rememora sino con su significado. En más de un sentido, el volver la vista al pasado común nos pone frente a una imagen que combina lo que fuimos con lo que somos y lo que deberíamos ser.

¿Quién? ¿Por qué?

Desde luego, todo lo acontecido en el México del 68, particularmente esas dos horas de fuego de la tarde del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas, lo examinamos y lo interpretamos desde lo que hoy nos preocupa como resultado de los logros y fracasos que desde entonces hemos tenido como nación.

En este nuevo aniversario sobre ese día trágico en vísperas del inicio de la olimpiada en la que México era el anfitrión -la primera del siglo XX que se llevó a cabo en un país no desarrollado- tenemos que empezar por considerar por qué se nos sigue negando la información básica: ¿Quiénes y de qué manera murieron? ¿Dónde están sus restos? ¿Cuál fue la verdadera cadena de mando y el grado de responsabilidad de cada individuo?, y, sobre todo, ¿por qué se decidió recurrir al asesinato colectivo para reimponer una autoridad? ¿Por qué una manifestación pública de estudiantes desarmados fue enfrentada por el Ejército como si se tratara de un enemigo que se hubiera apoderado de un sitio estratégico? ¿Por qué el gobierno encabezado por Gustavo Díaz Ordaz definió a los jóvenes estudiantes que protestaban por las obvias contradicciones del régimen priista como agentes externos, como enemigos mortales? ¿Cómo explicar la conducta de los actores no gubernamentales más importantes -empresarios, iglesia, medios de comunicación? ¿Por qué los líderes de esos grupos no sólo no cuestionaron las explicaciones del gobierno sino que le ofrecieron su respaldo incondicional? ¿Por qué la comunidad internacional que tan duramente criticaría al gobierno chino por la masacre de la plaza de Tiananmen no hizo entonces lo mismo con la masacre de la Plaza de las Tres Culturas?

Herida abierta

El hecho mismo de que sigan sin respuesta las preguntas básicas y a pesar de que supuestamente el régimen responsable de la matanza ya dejó de existir, dice mucho sobre la naturaleza del presente y, sobre todo, de la complicidad del régimen actual con el régimen responsable de los crímenes del pasado. Tras las derrotas electorales del PRI en 1997 y el 2000, el presidencialismo autoritario culpable de lo ocurrido en Tlatelolco dejó de existir.

El investigar los crímenes del autoritarismo y llamar a cuentas a los responsables fueron compromisos más o menos claros de quienes asumieron la dirección del país tras la salida del PRI de "Los Pinos" a quienes se supuso movidos por el afán de inaugurar una era auténticamente democrática, comprometida con la instauración de una justicia real. Es cierto que se abrieron entonces los archivos de las dependencias oficiales como parte de una política general de "transparencia", pero finalmente las nuevas autoridades no quisieron o no pudieron enfrentarse al pasado. Hicieron a un lado el camino de Sudáfrica -una comisión que hiciera comparecer a los verdugos ante la ciudadanía antes de cerrar la página del "apartheid"- y se optó por uno a la española: mejor no averiguar para no provocar a aquel con quien se ha decidido convivir -el PRI- y cuya colaboración se busca para sobrevivir.

El 27 de noviembre del 2001 Vicente Fox creó, no una comisión de la verdad, sino una pomposa Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) que finalmente desapareció en el 2006 sin haber dado respuesta a las grandes interrogantes, sin haber procedido con éxito contra Luis Echeverría -uno de los grandes responsables de las matanzas de 1968 y 1971- pero no sin haber ocasionado un gasto de por lo menos 300 millones de pesos, aunque el verdadero monto es cifra confidencial (La Jornada, 13 de marzo, 2006). Finalmente, el supuesto nuevo régimen no logró en este campo -como en muchos otros- lo sustantivo: cerrar con un acto de justicia ejemplar algunos de los muchos actos criminales del Estado autoritario priista. La herida sigue abierta. No la han querido cerrar ninguno de los gobiernos que sucedieron a los de Díaz Ordaz y Echeverría, incluyendo a los últimos, los panistas.

Gusto amargo

Sería satisfactorio para los mexicanos actuales poder asegurar, a 40 años de distancia, que los jóvenes sacrificados en el 68 y el 71 están finalmente reivindicados porque la realidad que ellos cuestionaron ya no existe. Desafortunadamente no es el caso.

En primer lugar, el fin del dominio del PRI sobre la Presidencia se explica menos como resultado de un rechazo generalizado por lo que hizo en el 68, el 71 y en los años de la "Guerra Sucia" -que también tocó a sectores populares- y más como consecuencia de la gran crisis económica de 1982. El neopanismo que tomó el relevo de un PRI agotado y desgastado por un largo ejercicio monopólico del poder surgió menos como un reclamo contra el autoritarismo y más como un rechazo al pésimo manejo de la "economía presidencial". La irresponsabilidad y la corrupción del priismo echaron a perder el famoso crecimiento promedio del 6 por ciento anual. La mediana y pequeña empresa se sintieron en peligro de muerte, sobre todo cuando el neoliberalismo salinista desembocó en el desastre de 1995 y en el Fobaproa. Fox se ofreció para encabezar "un gobierno de empresarios para empresarios" que pusiera orden. "Los Amigos de Fox" y parte de la clase media decidieron abandonar el barco priista y saltar al panista. Para ellos saldar las cuentas con el 68 no fue nunca una prioridad y el resultado de la Femospp es la prueba objetiva de ello.

En segundo lugar, la naturaleza misma del nuevo régimen no pertenece al género de la democracia política auténtica, que sigue siendo una meta por alcanzar. El PRI aún gobierna en 18 estados y algunos de ellos mantienen intacta su esencia original, justamente esa que llevó a los estudiantes del 68 y del 71 a la protesta pública y a los guerrilleros de los setenta a poner la vida en prenda en su intento por prender la llama que consumiera al régimen. Por otro lado, la corrupción que caracterizó al autoritarismo del pasado se mantiene como el signo de los tiempos. La demanda de un México socialmente más justo no es, ni de lejos, una de las preocupaciones efectivas de los responsables de dirigir la acción de un poder público.

Finalmente, está el problema de la opción, el problema de la izquierda. El movimiento del 68 fue la izquierda del México posrevolucionario en uno de sus mejores momentos. Una izquierda movida menos por una ideología coagulada y dogmática y más, mucho más, por la generosidad, la confianza en lo digno de la causa y la alegría de imaginar como posible un México muy distinto al existente: uno no autoritario, no corrupto, genuinamente soberano, capaz de hacer un esfuerzo para dar sentido al término solidaridad social y revertir la tendencia a la desigualdad. En contraste, la izquierda de hoy, al menos la que está en las estructuras de los partidos, en el Congreso, en los gobiernos de ciertos estados, en municipios y delegaciones capitalinas, es casi la antítesis de la que desde un movimiento sin burocracia retó a la estructura de autoridad de hace 40 años.

En suma

El 2 de octubre no debe olvidarse porque la razón de ser del movimiento que entonces fue reprimido sigue sin cumplirse a plenitud. Los sacrificados del 68 continúan sin estar plenamente reivindicados y es justamente por eso que sólo nosotros aquí y ahora podemos dar un sentido positivo a la vileza que hace 40 años se cometió en nombre de una falsa razón de Estado.

Continuar leyendo...

Videogalería

México vs. EUA (Eliminatoria al Mundial 2010)

Resumen del dramático partido contra los gringos jugado el 12 de agosto en el Estadio Azteca, en el que México se jugaba la vida ...

Noruega vs. Escocia (Eliminatoria al Mundial 2010)

Ese mismo día, también Noruega se jugó su última carta para manterner sus posibilidades vivas para asistir a Sudáfrica.