sábado, 21 de noviembre de 2009

Consummatum est


Noviembre es el mes fúnebre de México y el color de la muerte no es el negro, sino el anaranjado del cempasúchil. La fiesta en los cementerios llega hasta el Mictlán y Comala, sin detenerse en el purgatorio.

La Catrina seduce almas en pena y las consuela con pan de muerto. Los difuntos rondan los altares por curiosidad de ofrendas; los vivos no los ven pero los sienten, y les hablan con la misma naturalidad con que las señoras se dirigen a las flores cuando las riegan, para tenerlas contentas.

Las hojas de flor de muerto señalan el camino a seguir por las almas. El tono ocre de ese sendero me remite al noviembre noruego con su horizonte amarillo de hojarasca: el otoño es la zona hepática del año.

Las hojas abandonan las ramas y tapizan los caminos: los árboles son esqueletos con uñas largas. El sonido de las hojas al desprenderse es un susurro al olvido, triturarlas cuando paso sobre ellas yergue mi espina dorsal: son un dedo fino y helado que recorre mis vértebras.

Al sol le cuesta trabajo levantarse y deja de salir. Vienen las lluvias, los días grises, el lodo escurriendo sobre las calles como rímel en ojos llorosos. La vida entra en un ritmo semilento donde todos tienen prisa de llegar a sus hogares construidos con material aislante. Impiden el paso del frío, del sonido y del mundo allá afuera.

En la oscuridad, Oslo me sugiere Comala: los transeúntes se deslizan como fantasmas urgidos de llegar a la guarida donde las almas penan. Los hay como Pedro Páramo y el padre Rentería, como Juan Preciado y su madre Dolores: si la muerte nos es común a todos, la vida nos asemeja aún más.

No me convertiré en polvo; antes, me comerán los gusanos.

Foto: Tomás Castelazo, Wikimedia Commons.

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

Mexicano, no subestimes el invierno Noruego

"Cuantos años llevas viviendo en Noruega?" es la pregunta equivocada para un latino radicando en Oslo. "Cuantos inviernos has pasado en Noruega?" es mas acertada.

El vivir mas de tres inviernos en noruega te clasifica como veterano (estadísticas de la embajada muestran que muchos de aquellos mexicanos que vienen a Noruega por razones de trabajo se regresan antes o después del segundo invierno).

Entre cuates al invierno lo conocemos como "el túnel", ya que tardas 6 meses en ver la luz y sentir el calor del sol en la piel.

Los mexicanos olvidamos rápido pero los noruegos nos ganan en cuanto a optimismo climático. Un buen verano noruego esta clasificado como tres días de sol continuos (ok exagero, pero la realidad no es muy lejana).

Mientras el verano representa el calor, vacaciones y relax, el invierno es un monstruo diferente que tiene una mano de hielo y otra mano muy terrible llamada obscuridad. Combinadas te van abrazando y se te van metiendo entre la ropa hasta los huesos.

Acabas de llegar a Noruega, bienvenido! ahora invierte en una buena chamarra, un gorro, bufanda, unos buenos guantes (te advierto que los que venden en H&M estan hechos para noruegos, osea gente que desde el nacimiento ha estado expuesta a bajas temperaturas :) y sobretodo unos buenos zapatos.

Aprende pronto a esquiar y disfruta el invierno, el frio y la obscuridad!

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Videogalería

México vs. EUA (Eliminatoria al Mundial 2010)

Resumen del dramático partido contra los gringos jugado el 12 de agosto en el Estadio Azteca, en el que México se jugaba la vida ...

Noruega vs. Escocia (Eliminatoria al Mundial 2010)

Ese mismo día, también Noruega se jugó su última carta para manterner sus posibilidades vivas para asistir a Sudáfrica.