jueves, 23 de abril de 2009

El regreso del Salvador


Hace unos meses publiqué una entrada que a la larga resultó ser la más exitosa de este blog – es decir, la que más comentarios generó –. La gran mayoría de los comentarios no fue sobre el contenido de la nota en sí, más bien por el hecho de tocar un tema tan irrelevante para algunos, pero interesante, si no es que apasionante para otros. Así que sin el afán de provocar a los inconformes, pero tampoco preocupándome demasiado por ello, he decidido hablar sobre un tema de indudable actualidad en México: el regreso del Salvador.

Yo fui de los que estaban de acuerdo con la contratación de Sven-Göran Eriksson hace casi un año. Como comenté en este blog, me parecía la persona con el perfil ideal para estar al frente del Tri; sin embargo, el tiempo y los resultados demostraron que yo estaba (a la par de muchos otros) en un error. Creo que a final de cuentas, el desconocimiento de la idiosincrasia del mexicano sí pesó en la relación entrenador-jugador. Me parece que Sven era demasiado “buena gente” y no supo imponer disciplina en el equipo, ni táctica ni de comportamiento. Mejor hubiera sido que Sven utilizara un intérprete a aferrarse a hablar español… la verdad es que su habilidad para expresarse en nuestro idioma dejó mucho que desear, bien dicen que no es lo mismo hablar un idioma para pedir una cerveza en un bar que para hacerlo en el trabajo diario.

Así que no hubo “de otra” que llamar al bombero, al mismo que apagó el fuego que amenazaba con dejar vacías las arcas de la Federación (Mexicana de Fútbol) en 2001. Y la verdad es que hay que darle las gracias a Aguirre por aquella hazaña, ya más allá de darle un baile a Italia en tierras niponas, fue gracias al Mundial del 2002 que tuve la oportunidad de conocer a algunos de mis mejores amigos mexicanos desterrados a estas tierras escandinavas.

Javier Aguirre es una persona de carácter fuerte, disciplinado, para quién lo más importante en un jugador es su coraje y su garra, antes que su capacidad. Para ser un ex futbolista, cuenta con una capacidad de diálogo sorprendente, sabiendo expresar perfectamente sus ideas y conceptos. No sé si sea por ser hijo de extranjeros, pero me parece que Aguirre traerá a la Selección precisamente eso que buscábamos en alguien proveniente del exterior: alguien que no consienta a los jugadores y que no les solape sus indisciplinas y displicencias. Por el contrario, me parece que Aguirre sabrá imponer el orden que tanto necesitan nuestros vanagloriados seleccionados.

Espero esta vez no equivocarme… más que por la evolución del fútbol mexicano, por el gusto de compartir otra justa mundialista con mis cuates, tal y como ocurrió en el 2002 y en vivo y en directo en el 2006.

2 comentarios:

Chilangoslo dijo...

Al fútbol se le puede encerrar en la zona de lo vanal pero ha servido como catarsis, causa y efecto en el acontecer de variados fenómenos políticos y sociales. En 1969 el amarillismo de la prensa bautizó la serie de encuentros entre El Salvador y Honduras como La Guerra del Fútbol, aprovechando la crisis política que vivían los régimenes centroamericanos a manos de dictadores. El encuentro entre Inglaterra y Argentina en México 86 sirvió para saldar cuentas pendientes de Las Malvinas. Maradona facturó dos goles históricos: el primero resultado de una mano, recurso tramposo del ingenio para superar a un arquero que le sacaba 30 centímetros de estatura al Pibe. La segunda anotación es considerada el mejor gol de todos los tiempos en juegos de copa mundial. En Francia 98 la selección de Irán se impuso 2-0 a su similar de EUA, propiciando un festejo pocas veces visto en Medio Oriente, y cuando Senegal derrotó a Francia en la inauguración del mundial celebrado en 2002, los monopolios del fútbol sufrieron una derrota en la era neocolonialista.

Y sí, el fútbol puede ser algo trivial pero a veces se necesita y hasta una persona de la talla de Eduardo Galeano pude ser víctima de la pelota.

Sven-Göran es pretérito, El Vasco representa el futuro de un tricolor que está en deuda con su público pero que bien podría darle una pequeña, efímera y nada insignificante alegría a su país. Sin caer en fanatismos que eleven la figura del nuevo técnico nacional a la de un oráculo, su ímpetu puede compararse con la del conquistador español Lope de Aguirre en busca de la ciudad inca conocida como El Dorado. El cineasta alemán Werner Herzog llevó a la pantalla esta historia bajo el título Aguirre, la ira de Dios, obteniendo como resultado una de las películas más aclamadas en el mundo.

Espero, al igual que azg, la evolución necesaria en nuestro balompié para que la ira futbolística de Aguirre nos permita, si no un final feliz como en las películas, por lo menos recuperar la credibilidad a la hora de gritarle a quienes nos representan en la cancha: Sí se puede!

Tlatelolca dijo...

Espero que Aguirre tenga el talento y la madurez necesarios para identificar los elementos que cuentan con el caracter para estar en el equipo.

En mi opinión, elementos como Oswaldo, Galindo y tal vez el mismo Pável y Márquez ya pasaron por sus mejores días y distan mucho de ser humildes... y ni que decir de jugadores con desplantes como los de Reynoso, el defensa del Guadalajara que sacó a relucir el cobre escupiendo en la cara a un rival para "contagiarlo con la influenza" durante un juego de la Copa Libertadores... gente así nada tiene que hacer representando a México.

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